miércoles, 14 de febrero de 2018

DE AMISTADES Y AMORES, SEPA QUIÉN ES QUIÉN - POR SAMUEL CAVERO GALIMIDI, PRESIDENTE DE AEADO


DE AMISTADES Y AMORES, SEPA QUIÉN ES QUIÉN

Por: Samuel Cavero Galimidi

En cosa de amistad y amor hay muchos libros, poemas y canciones que se han escrito. Hay igualmente terapeutas, psicólogos, sacerdotisas del amor y consejeros espirituales que se sienten autoridad en estos temas. Pero quizá pocos que hemos reflexionado sobre el verdadero significado del Amor y la Amistad en estos difíciles tiempos. ¡Amor y Amistad! Palabras mayores. Palabras que las escribo con mayúsculas, para que no se les olvide.  El amor verdadero y la amistad son dos conceptos siempre fáciles de explicar, no es algo tangible, sino una mezcla de sentimientos que nos hacen necesitar y ser necesitados por otra persona. Muchas veces se confunde un simple enamoramiento pasajero con algo más profundo, pero el amor de verdad y la amistad en especial es cuestión de tiempo. 

Hablemos del AMOR, porque yo sí lo he vivido y lo sigo viviendo.  Pienso que hay diferentes tipos de amor y que se sienten con diferente intensidad. Hay el amor al padre, a la madre, a los hermanos y la esposa. Pero también hay muestras de ese amor apasionado que muchas veces se da con el amante, la amante, que finalmente no es tanto amor, sino un deseo de desfogar sexualmente y de ser querido, amado. El amor verdadero es el sentimiento de afecto, pasión, intimidad y compromiso genuino que una persona siente por otra. El amor verdadero es un concepto difícil de explicar, no es algo tangible, sino una mezcla de sentimientos que nos hacen necesitar y ser necesitados por otra persona. Muchas veces se confunde un simple enamoramiento pasajero con algo más profundo, pero el amor de verdad es cuestión de tiempo, confianza y estabilidad en una relación.

El psicólogo estadounidense Robert  Sternberg (1949) asocia 3 conceptos fundamentales para entender los tipos de amor que existen que se transforman en los 3 pasos para llegar al amor verdadero:
  
1. Pasión:

Es el primer paso y se trata de la atracción física y sexual por otra persona. Aumenta la secreción de las feromonas y se produce lo que popularmente se llama la electricidad o la química del amor o la magia del amor. Se caracteriza también por la obsesión por la reciprocidad de los sentimientos. 

2. Intimidad

Es el segundo paso donde se crea el apego. Hay cercanía, proximidad y conexión. Se crean lazos más íntimos y profundos al compartir aspectos de nuestra vida. La intimidad se construye sobre la confianza, sobre la seguridad y respeto mutuo, de lo contrario degenera en desconfianza y sospechas paranoicas. 

2. Compromiso

El tercer paso requiere de la habilidad de ultrapasar y, trabajar para ultrapasar, los malos entendidos y sus angustias con el fin de estar juntos. Esta es la etapa de madurez de la relación donde la clave está en creer en lo mejor de la otra persona sin estigmas, prejuicios ni motivaciones negativas. Aquí reside la famosa creencia de que el amor verdadero perdona porque respeta las diferencias, persevera en la relación mediante reconciliaciones porque sabe que ambos quieren resolver los problemas y ultrapasar el dolor inicial.

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En cosas de amistad la relación de afecto, simpatía y confianza que se establece entre personas que no son familia es todo un proceso que puede cortarse pero que después se retoma, si esto es posible y se cree en la amistad y camaradería. Trabar amistad y camaradería en estos tiempos es un sentimiento y una hermosa pasión que lleva muchas veces años, toda la vida, en recuerdo de lo que hubo en algún momento entre un grupo de personas. Se puede ser amigo y camarada en la escuela, en el colegio, instituto, universidad, centro de formación militar. Pero el saber conservarlo, el saber formarse valorando a esos amigos y amigas es parte fundamental de ese sentimiento.
 
En lo particular siempre he pensado que los amigos, los verdaderos, son los que duran para toda la vida. Son aquellos que se saben perdonar en las diferencias, en las ofensas y agravios, incluso en los silencios, en las diferencias de opinión. Muchas personas se sienten solas porque creen que han perdido a sus amistades. ¡Y en efecto las perdieron! Porque creían que los amigos deben ser (exactamente) como ellos, pensar como ellos, deben aceptar sus juegos, ambiciones, caprichos, su ideología política, sus malcriadeces, sus deslealtades, en fin. 
 
Hay amigas y amigos que conservo, que me enaltece y me honra su amistad. Es una amistad limpia, transparente como el agua, que no se somete a pasiones, a malos caprichos, a tercas voluntades del otro. Una verdadera amistad no es para pedirle dinero prestado, tampoco para irse con él o ella de juerga, menos para quitarle la tranquilidad que lleva la otra persona, invadiendo su privacidad familiar.  
 
Una verdadera amistad es aquella que sabe reconocer sus errores o los tuyos y te busca, es aquella que después de tantos silencios te dice que quiere volver a ser tu amigo y te lo demuestra con hechos concretos; es aquella que se sabe conservar como un tesoro muy preciado la amistad a través de los años y no sobrepone a intereses subalternos aquella amistad cultivada por cosas como  el dinero, la codicia, la ambición, la política, la religión.
 
He visto perder amigos por situaciones coyunturales como que creen que el amigo debe ser un prestamista de dinero, sin derecho a devolución, y con el derecho al perro muerto. Hay quienes creen que el amigo debe comulgar las mismas ideas políticas para serlo. Es decir si no es chavista, si no eres comunista pro-senderista, como él, entonces no es tu amigo. ¡Mejor que ni lo sea! ¡Amigos así para qué los quiero! Si no lo es, si es de otras ideas políticas, entonces surge el odio, la cólera, la voluntad de aniquilamiento, la separación. He visto igualmente gente que no soporta los éxitos y el triunfo de los demás. ¡Ay de los éxitos literarios de un escritor! Son seres atormentados, frustrados, dolidos, enfermizos, neuróticos, que creen que los concursos son amañados y fraudulentos.
 
He visto igualmente perder amigos porque creyeron que la vida es corta y se dedicaron al vicio, al despilfarro, al exhibicionismo y la pose, pero también a cometer ilícitos penales. ¡Y no supieron conservar la amistad! Predominó en ellos la vanidad, las ambiciones, la jactancia, la presunción, la egolatría, el sueño de la riqueza mal ganada. En un momento de la vida ellos estaban muy bien posicionados social o económicamente. Pero la vida es tan ingrata que los que estaban antes arriba, tenían prestigio social, político, económico, hoy ya no son nada de lo que antes fueron. Se hallan retirados, enfermos, cansados, en sus casas, creyendo que lo hicieron todo por la vida porque ya tiene propiedad y autos comprados, haciendo nada más que de abuelos querendones, se dedican a pasear al perro, añorando maneras de conseguir más dinero (porque creen que se lo llevarán a la tumba), soportando (en su soledad) nada más que los berrinches de la esposa, de sus hijos y nietos. ¡De nadie más!
 
Yo, aprecio mucho aquellas amistades y hermandades que saben reencontrar el verdadero camino de la amistad y el amor. La amistad entre escritores y militares es una de las más sólidas y hermosas pero a veces se torna veleidosa y se pierde igual amigos porque no saben apreciarte. Ser amigo verdadero es también demostrar que tienes afectos, sentimientos, un amor respeto reverencial por el otro. Igualmente valoran lo que ahora y siempre has hecho con pasión. En reciprocidad tú estás listo para acudir a su llamado, a su invitación, a su justa convocatoria. 
 
Mis amigos del Colegio Militar Ramón Castilla, en Trujillo, por ejemplo, aquellos que a través de los años se buscan, se cuentan sus éxitos y fracasos. Son aquellos que saben confiar y perdurar a través del tiempo. Añoran internarse en el colegio militar, vestirse de cadetitos, sienten un gran gozo espiritual visitando el Colegio Militar donde nos educaron y muchas veces nos masacraron y disfrutan mucho marchando cada año en la Plaza de Armas de Trujillo llevando el gallardete de la Promoción y lloran a moco tendido cuando alguien partió al más allá.
 
Mis amigos de la Fuerza Aérea del Perú los de la Promoción EOFAP Mayor General Armando Revoredo Iglesias y otros de otras promociones y grados, qué fue de ellos. ¡No lo sé! Igualmente los de las varias universidades donde estudié y de algunos colegios en Trujillo y Lima, como el Colegio Nacional San Juan, de la GUE Melitón Carbajal los de la GUE José Faustino Sánchez Carrión donde fui el brigadier general, y primer puesto, ni sé qué se hicieron, ni dónde están. A veces sonriendo, imagino, la tierra se los ha tragado. Siempre que añoré juntarme con ellos nunca fui convocado. Muchos, lo he sabido, son abnegados y exitosos militares de carrera, otros sé que hoy son notables profesionales, hombre de bien y exitosos empresarios.  La vida nos llevó por diferentes rumbos y no pudimos conservar la amistad. ¿Y por qué no la pudimos conservar? Porque la vida es así rápida, cambiante, sujeta a las conveniencias, a los paradigmas que te cree marcar los patrones de tu conducta, muchas veces en desmedro de la amistad. Justamente además porque la verdadera amistad entraña mucho más que juntarse a libar tragos, a hacer esporádicas reuniones de camaradería para comprobar cuánto todos han envejecido; es también llamarse, buscarse, decirse del aprecio que se sienten aun cuando ha pasado el tiempo. Es igualmente una relación inter-familias. Es también estar juntos o por lo menos comunicados en las buenas como en las malas. Es también ir al hospital, la cárcel o el cementerio en busca del compañero caído.
 
En cambio hay amistades que así pasen los años, parecen cuidar esa amistad (nuestra amistad) como gemas preciosas. ¡Con sus actos nobles, humildes, puros, sin desmedro del otro, siempre le sacan brillo a la amistad! Basta saber que te ha llamado, que te ha buscado, que ha orado por ti y tú por él o ella, que te ha escrito por las redes, para reconocer que pase lo que pase, saben aquilatar con entrañables afectos la amistad como el mejor tesoro. La saben apreciar, valorar, y aprecian con cariño y gratitud tu amistad. ¡Y siempre te desean lo mejor! A veces no saben cómo expresarlo y recurren a imágenes amorosas. De esos amigos y amigas, son los que uno se honra en su amistad y se siente feliz y muy bendecido. Y yo en especial por tener amigas y amigos tan maravillosos. ¡Que Dios los bendiga a todos!
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